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Actualizado 21-Febrero-2019

Indígenas en la Región Andina de Colombia

Los Andes colombianos, cerca de 305.000 kilómetros cuadrados en los que vive la mayoría de la población del país, comprende un complejo montañoso dominado por tres cordilleras que corren paralelas formando profundos valles, como los de los ríos Cauca y Magdalena, relieves abruptos como el de Antioquia, altiplanos como los de Túqueres, Ipiales y la sabana de Cundinamarca y Boyacá, altos nevados como el del Ruiz, volcanes como el Galeras y depresiones profundas como la del Catatumbo y el Patía.

Algunas serranías como la de los Motilones, el Perijá y el Baudó, completan esta imbricada topografía en la que viven, en zonas llamadas por algunos como refugios andinos, numerosas comunidades indígenas dedicadas de manera principal a la agricultura de subsistencia.

Historia de la Región Andina de Colombia

La mayor parte de la población colombiana esta concentrada en los altiplanos y valles interandinos. La ocupación andina tiene su origen en la colonización española del siglo XVI que buscaba aprovechar allí las mejores condiciones climáticas, la oportunidad para la explotación del oro, y de manera especial, la fuerza de trabajo y el tributo de una numerosa y laboriosa población indígena que vivía organizada alrededor de cacicazgos, con una división social del trabajo compleja, cultivaba maíz y mantenía una red de comercio con los pueblos de tierras bajas.

 Los abusos, las enfermedades, la sobre explotación del trabajo indígena, la expropiación de sus territorios ancestrales y los procesos de mestizaje y campesinización diezmaron muy pronto a los pueblos amerindios del complejo andino obligando a la Corona española, en desarrollo de una especial legislación proteccionista, a reconocer a los indígenas el derecho colectivo a las tierras.

Algunos de estos pueblos ejercieron, mediante la confrontación, una tenaz y persistente resistencia en regiones abruptas desde el punto de vista geográfico, pudiendo mantener dominio sobre buena parte de sus territorios (Caso del pueblo Páez). Otros adoptaron estrategias de resistencia cultural y lucha legal en defensa de sus territorios tradicionales con mayor o menor éxito, pero siempre con grandes costos culturales, sociales y con la pérdida de las mejores tierras laborables por la expansión de la hacienda y el latifundio ganadero o por el manejo arbitrario de las municipalidades.

Desde los Andes a todo lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, se harán incursiones sobre las tierras bajas de los valles interandinos para someter pueblos indígenas que se resistían a la colonización.

En el centro y sur de los Andes dos grandes focos de resistencia mantuvieron en vilo la colonización hispánica, la del pueblo Pijao -Coyaimas y Natagaimas- y la del pueblo Páez. Las acciones bélicas de estos dos grupos mantenían interrumpidas las comunicaciones entre Santa Fe y Popayán y por ende con el sur del virreinato.

En 1541, los Páez derrotaron a los españoles en el Peñón de Tálaga; en 1571 hicieron lo mismo con la población de La Plata; a comienzos del siglo XVII los Páez y Pijao se enfrentan a Juan de Borja; hacia mediados de siglo se establecen misiones religiosas, se otorgan algunas encomiendas y mercedes de tierras y se hicieron fundaciones. En 1656 fracasa un intento de rebelión indígena que pretendía destruir a Neiva. En 1706 surge un movimiento mesiánico de Togoima encabezado por el indígena Francisco Undachi, otro surgirá en 1727 acaudillado por Pedro Chuvis; hacia 1708 se enfrentan los dos grandes caciques Páez, Juan Tama y Andrés Calambás.

En las luchas de independencia los Páez expulsan las tropas del español Tacón, luego harán parte de la contienda en algunas guerras civiles al mando de Tomás Cipriano de Mosquera. Este derrotero de contiendas muestra un pueblo que ha defendido con ahínco su territorio e independencia hasta el presente (Puerta M., 1987).

Al occidente de los Andes se colonizaron desde el Cauca. Hacia mediados del siglo XVI hicieron expediciones Francisco Cesar y luego Jorge Robledo, quien funda a Cartago y Anserma, desde donde emprende la colonización de lo que hoy es Antioquia enfrentando, entre otros, a los pueblos Anserma, Carrapa, Armas, Irra y Pozo. En 1541 funda la ciudad de Antioquia. Entre 1542 y 1557 se levantan los indígenas del occidente que habían sido sometidos a las encomiendas y trabajos mineros.

La mayoría de los pueblos amerindios de esta región desaparecieron rápidamente a causa de las enfermedades, el maltrato y la pérdida de sus tierras, quedando algunos reductos de población que fueron agrupados en pueblos de indios, en el caso de Antioquia, en 1614 por el visitador Francisco Herrera Campuzano.

Distribución de la población en el territorio

La población indígena habita principalmente en los resguardos antiguos o de origen colonial, situados en los departamentos de Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Risaralda, Caldas, Antioquia, Córdoba, Cundinamarca y Putumayo.

Al sur de los Andes vive en el altiplano de Túquerres e Ipiales una numerosa población de origen Pasto. Al occidente de los Pasto, en los contrafuertes del volcán nevado de Cumbal y hacia el pacífico, vive en el bosque de niebla la población Awa. En sentido contrario, al oriente, ocupando un pequeño valle andino, en el descenso hacia el sur del Amazonas, están los pueblos Kamsá e Inga. Siguiendo hacia el norte, en el macizo Colombiano, departamento del Cauca, se encuentra el pueblo Yanacona. En los contrafuertes del nevado del Huila y siguiendo el espinazo de la cordillera Central hacia el norte, vive el pueblo Páez. Al occidente del territorio Páez, hacia el valle del río Cauca, en el departamento del Cauca, vive el pueblo Guambiano.

Los pueblos del noroeste andino están muy ligados al pueblo Embera del norte y occidente del país. La colonización antioqueña en el siglo pasado y la de Urabá y la carretera construida con este fin, en el presente, ocasionaron una pérdida en los dominios territoriales de los Catío (Embera). La división del resguardo de San Carlos de Cañasgordas favoreció la colonización hacia el occidente sobre las cabeceras de ríos como el Murrí y Penderisco, tributarios del Atrato. La comunidad de Cristianía, Embera-Chamí, los colonos les reconocieron derechos territoriales sobre un lote de terreno. La comunidad de San Matías, en Ituango, Antioquia, quedó aislada como resultado de la presión colonizadora hacia el norte.

En la zona cafetera del occidente, en Riosucio, Caldas sobrevive un resguardo, Cañamomo y Lomaprieta, resultado de un largo proceso de reducción de poblaciones distintas en un real de minas de origen colonial. La Montaña es el resguardo de origen Embera y la parcialidad de San Lorenzo, más antigua, se conformó con indígenas reducidos del río Arma. En la zona cafetera viven de forma dispersa familias extensas Chamí que migraron hacia allí en los años cincuenta durante la llamada época de la violencia. Sobre las cabeceras de los ríos San Juan y Garrapatas, en la vertiente occidental de la cordillera del mismo nombre.

Entre la cordillera Central y Oriental, sobre el Magdalena, al sur del departamento del Tolima, viven numerosas comunidades de origen Pijao, más conocidos como los pueblos Coyaima y Natagaima.

En el altiplano cundíboyacense, no obstante al notable ancestro Muisca, pocas comunidades se reconocen como indígenas. Como resguardo subsiste el de Cota cerca de Santa Fe de Bogotá y grupos minoritarios comienzan a reclamar su condición de indígenas en Suba, Tocancipá, comunidad que disolvió en los años setenta el último resguardo de origen colonial de la sabana, Tenjo y Chía.

Al norte en Santander, en los límites de lo que fue el territorio de los Muisca, en Barichara, vive una comunidad campesina que comienza a reclamarse como de origen Guane. Al oriente de Boyacá y Santander, en los contrafuertes orientales de la cordillera dominados por el nevado del Cocuy, vive el pueblo Uwa.

Al noreste de Santander del Norte, en la región selvática de la Motilonia en límites con Venezuela, se encuentra el pueblo Barí y más hacia el norte, en el departamento del Cesar, sobre la serranía del Perijá, esta el pueblo Yuko.

ECONOMÌA EN LA REGION ANDINA

Pueblos del sur y centro de los Andes: son fundamentalmente agricultores que ocupan diferentes pisos térmicos. Muchos de ellos como los Pasto, los Yanacona, algunas comunidades Páez y Guambiano, las comunidades del sur del Tolima, las gentes de Cota, los Guane, viven agobiados por el minifundio.

La economía dominante es la propia del campesino minifundista. Los de las tierras frías tienen como cultivo dominante la papa, siembra de hortalizas, maíz, tubérculos como el ulluco, trigo, cebollas y calabazas. Crían ovejas y algunos vacunos, animales domésticos como el curí. Los de las tierras templadas siembran plátano, guineo, maíz, yuca, café, cacao, caña de azúcar, frutales. Los de las tierras cálidas de los valles interandinos, en tierras de mala calidad siembran maíz, arroz, plátano, yuca. Los Páez y Yanacona utilizan diferentes pisos térmicos; siembran maíz, caña, fríjol, café en las tierras medias, trigo y papa en las frías. Algunos se dedican al cultivo de fique.

El café y la papa son productos destinados al mercado. Utilizan la fuerza de trabajo familiar, la forma comunal llamada minga. Debido a la insuficiencia de los ingresos familiares es frecuente que algunas personas se empleen como jornaleros por fuera de su parcela. Las mujeres y los hombres trabajan por igual la agricultura. Las mujeres tejen con lana de oveja o fique. Se hacen chumbes, anacos, ruanas, jigras y bolsos, en ocasiones para la venta. Los hombres raspan y tuercen la cabuya. Las mujeres trabajan distintas fibras vegetales para hacer sombreros y esteras.

Organización Social en la Región ANDINA

Los pueblos del sur y centro viven en familias nucleares que constituyen a su vez la principal unidad económica. El trabajo comunitario en mingas, es un elemento importante en la vida del grupo. Hay mingas que se hacen con fines económicos para la preparación de los suelos, la siembra o recolección y las hay programadas por los cabildos para el arreglo de caminos, limpieza de cementerios, etc.

El cabildo gobierna la vida de la comunidad en especial, en lo relacionado con el manejo de las tierras, el cuidado de los bienes públicos y las disputas internas. El cabildo está regido por un gobernador al que le ayuda un secretario, un tesorero y algunos alguaciles. Los miembros del cabildo en la mayoría de las comunidades del sur llevan como distintivo el uso de un bastón símbolo de su poder.

Celebran fiestas patronales, dedicadas a santos católicos, actividad de la que se responsabilizan los fiesteros. Los indígenas del Sibundoy celebran un carnaval especial y los Yanacona fiestas dedicadas a La Virgen. Los Páez tienen médicos tradicionales llamados Tejuele. Los Inga y Kamsá curacas que utilizan el yajé.

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Grupos Indígenas Región Andina de Colombia

Fuente:

Los Pueblos Indígenas de Colombia – Desarrollo y Territorio. TM Editores en Coedición con el Departamento Nacional de Planeación. 1997. Pag. 126-127