Actualizado 21-Febrero-2019
Coplas Colombianas - Coplas de Colombia
La voz copla, del latín copulam que significa enlace, unión, acoplamiento, es la acomodación de un verso con otros para formar la estrofa. La copla es pues el enlace de versos que se dicen como comentario breve o como dialogo satírico entre dos o más cantores o troveros, o bien que se cantan al compás de una tonada.
Como la voz es no sólo el instrumento más directo de la expresión dramática sino el medio de comunicación ideológica más elemental, es claro que para el pueblo la copla ha de ser la expresión más elocuente de su sentimiento, más aun cuando aparece ayudada por la música en la forma cantada o de canción o canta como típicamente se le llama a la copla en Colombia.
El origen de nuestra copla es lógicamente mestizo como lo es la gran mayoría de nuestra población campesina. El ancestro español se encuentra en las formas populares de la poesía hispana (saetas, serranas, serranillas, seguidillas, endechas, romances, décimas o espinelas). Por su parte el ancestro indígena se halla en los coplerios taíno-caribe y quechua.
Las características de la copla folclórica colombiana son cuatro:
1. Lleva cuatro versos en que riman el segundo y el cuarto, generalmente en armonía, ocasionalmente en asonancia (semejanza).
2. La medida silábica de estos veros sigue cuatro fórmulas  que son
     a). Octosílabos todos los cuatro versos. (8-8-8-8) 53%
     b). Octosílabos el primero y el tercero y heptasílabos el  segundo y el cuarto. (8-7-8-7) 22%
     c). Heptasílabo el primero y octosílabos los tres restantes.  (7-8-8-8) 12%
     d). Heptasílabos el primero y el tercero y octosílabos el  segundo y el cuarto. (8-7-8-7) 6%
3. El lenguaje empleado en estas coplas es evidentemente campesino.
4. Su significado ha de tener gracia (humorística, irónica, picaresca, etc.).
Maestro Guillermo Abadía
Listado de Coplas Colombianas
La gallina puso un huevo
 pero lo puso movido,
 de tanto bailar bambuco
 con el gallo amanecido.
Los muchachos de otros tiempos
 trabajaban por mujer,
 los muchachos de estos tiempos
 buscan una que les dé.
Ay del pobre que se casa
 con una mujer blanquita,
 que a la vuelta de la iglesia
 viene un blanco y se la quita.
Ay quien fuera zapatico
 para tu bonito pie,
 y mirar con los dos ojos
 lo que el zapatico ve! 
El amor y el interés
 se fueron al campo un día
 y más pudo el interés
 que el amor que te tenía.
Las avecillas del cielo
 se mantienen con mosquitos,
 así me mantengo yo
 con abrazos y besitos.
La bala que a mi me hirió
 también hirió al comandante,
 a él lo hicieron capitán
 y a mí soldado como antes! 
La caña con ser la caña,
 también tiene su dolor:
 si la meten al trapiche
 le parten el corazón.
Desde el punto que te vi,
 le dije a mí corazón:
 qué bonita piedrecita
 para darme un tropezón. 
Yo no soy de por aquí
 yo soy de Capitanejo,
 no me creció más el coto
 porque no alcanzó el pellejo.
De mi tierra me he venido
 con el agua hasta el tobillo,
 sólo por venirte a ver
 narices de tortuguillo.
Tres aguas habré bebido,
 cuatro con la de verbena
 y no hay agua más amarga
 que vivir en casa ajena”.
El gallo en su gallinero
 libre, se sacude y canta.
 El que duerme en casa ajena
 pasitico se levanta”.
Déjame entrar al monte,
 déjame coger la flor,
 déjame dormir sueñito
 entre tus brazos, mi amor. 
Véndame un cuartillo de chicha
 en totuma timaneja;
 yo no lo hago por la chicha
 sino por la muchareja”.
Dos cosas hay en la vida
 que me hacen trastabillar:
 la chicha de ojo de Ortega
 y una negra en Espinal. 
A cualquiera se le da
 un trago con bizcochuelo
 y unas alpargatas viejas
 para que no pise el suelo.
Me subí en una lomita
 por ver si la divisaba;
 tan solo topé las quimbas
 del indio que la llevaba. 
Lloraba la margarita
 la muerte de su marido
 y en el llanto preguntaba
 si el otro ya había venido.
Hasta que el pueblo las canta,
 la coplas, coplas no son, y
 cuando el pueblo las canta
 ya nadie sabe su autor.
 No hay mal que dure cien años
 ni cuerpo que lo resista,
 ni aguacero que no escampe
 ni mal que por bien no venga. 
Ayer me dijiste que hoy
 y hoy me dices que mañana,
 así se pasan los días
 y nunca te da la gana.
Bonito es comer con hambre,
 bonito es beber con sed,
 bonito es dormir sin sueño
 con una linda mujer.
Si acaso yo me muriera
 que no lloren mis parientes,
 que lloren los alambiques
 donde sacan los aguardientes. 
Del toro me gusta el cacho,
 del caballo la carrera,
 de las muchachas bonitas
 la figura y la cadera.
Una me dijo que sí,
 otra me dijo que no,
 yo me quedé sin saber
 cuál de las dos me engañó.
Tus ojos son dos corozos,
 tu nariz es una olleta,
 tu boca es una atarraya,
 tus orejas dos chancletas.
Ay dame lo que te pido,
 que no te pido la vida,
 de la cintura pa' bajo
 de las rodillas pa' rriba.
Hasta los palos del monte
 tienen su separación:
 unos sirven pa' hacer santos
 y otros para hacer carbón”.
Al pobre del armadillo
 lo reclaman para juez
 y él dice que no lo jodan,
 que lo dejen pa después”.
Estos cantos que cantamos
 Ques que las llaman folclores;
 malhaya nombres tan raros
 que ponen esos señores”. 
Aunque la puerca sea rucia
 y la tengan en la villa
 y la alimenten con leche,
 siempre es negra la morcilla.
Los enemigos del alma
 me dijeron que eran tres;
 y yo digo que son cuatro
 si se cuenta a la mujer.
Molé, trapiche, molé
 molé, pues si sos tan guapo
 que la hornilla tiene leña
 y el fondo quiere guarapo.
Fuente:
Freddy Rojas Paisajes colombianos y su folclor 
El Gran Libro de Colombia - Guillermo Abadía - Editorial Circulo de Lectores
Publicado 07-Agosto-2010