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Actualizado 21-Febrero-2019

Negreros y Esclavos en Colombia

La tragedia de los negros comenzaba en el África por la cacería que hacían de ellos como si fueran fieras y por la trata o venta con que se les entregaba a los negreros o “comerciantes de ébano”, que así se llamaban a quienes los transportaban a América.

La institución de la esclavitud databa en África de épocas remotas, ya que los mismos negros tenían esclavos para cambiarlos por baratijas y otros elementos necesarios a su vida. También era antiguo el intercambio de mujeres esclavas entre los pueblos africanos.

La navegación de los mares, en la época conquistadora, fue un cautiverio, y las naves verdaderas cárceles. No se habían inventado todavía los barcos de hierro, ni las maquinas de vapor, ni los medios para conservar el agua y los alimentos, ni los dispositivos para iluminar sin peligro de incendio. La medicina y la cirugía estaban atrasadísimas, y a bordo de las naves eran ejercidas por el barbero, una persona sin ningún conocimiento y que era un verdadero bárbaro.

Además de todo esto, las naves eran estrechas y tardaban meses en cruzar el océano; en ellas se comían alimentos que hoy nos producirían náuseas, las noches eran tétricas, las enfermedades eran comunes y en su gran mayoría no tenían remedio, los desordenes se sucedían con frecuenta y los comandantes tenían que mantener la disciplina con castigos terribles, aun con la pena de muerte. Añadase a tales molestias los peligros inherentes al mar y al viento, el calor y la sed del trópico, las tormentas, las perdidas de rumbo, las inquietudes por ataques piratas, los malos olores, el salpullido, los piojos, el mareo, la amenaza de incendios, la brutalidad de los capitanes, el pesado trabajo a bordo, y tendremos una imagen de lo que sufrían los europeos, los señores y amos, navegando hacia América.

Negreros y Esclavos en Colombia

Pero para describir lo que eran los barcos negreros y lo que sufrían los ya esclavos de por vida, transportados en ellos, faltan palabras y sobran sentimientos. Hacinados en las bodegas calurosas (Donde solo cabían 300 hombres eran amontonados 900), alimentados con escasez, de donde nacía el beriberi; nunca aliviados, tratados con fiereza, castigados a látigo, pasaban aquellos desdichados su traslado a lo que se llamaba civilización; olvidando una amargura con otra más reciente.

Cuando hombres, mujeres y niños como una recua eran desembarcados en Cartagena, los esclavos respiraban aire libre con pulmones que apenas tenían fuerzas para hacerlo. Allí se los vendía, a veces se los herraba a fuego como al ganado, y los compraban los mineros, los hacendados, los transportadores, como se pudieran negociar unas mulas o una mercancía cualquiera sin alma, sin responsabilidad y sin humanos derechos.

Ese criterio mercantil y ganadero con que se vendían los negros, procurando sólo su capacidad de trabajo, ejerció una selección racial que tajo a América lo mas sano, lo mas vigoroso, lo mas apuesto, lo mejor de la sangre que se producía en el África tropical. Si lo sobresaliente de los indígenas pereció en la lucha conquistadora, si de Europa llego junto al conquistador valiente también la chusma de una sociedad envejecida, en cambio del África nos vino lo mejor, lo más vigoroso que allá encontraron los negreros. Inclusive sabemos que vinieron a Cartagena negros de sangre real tan altivos como Domingo Bioho, quien tuvo inquieto durante quince años al Gobierno de la Nueva Granada, hasta que la Corona le dio el titulo de rey de Arcabuco, concediéndole relativa independencia, y allí organizo un pequeño reino africano con corte y soldados.

No hay registros del número de negros sacados del África para nuestras costas, ni de los que murieron en la penosa travesía y mucho menos de las que se establecieron y dejaron descendencia en nuestra tierra, solo sabemos que una tercera parte moriría antes de pasar a los compradores y que a Cartagena llegaban alrededor de 4.000 esclavos al año.

Las condiciones de los climas calidos, similares a los de sus países de origen, hicieron que los negros, al llegar a costas colombianas, progresarán demográficamente muy rápido y que se acoplarán con las demás culturas fundiéndose y formando la sociedad colombiana de la actualidad.

Fuente:

PRECOLOMBIA introducción al estudio del indígena colombiano. At. Teresa Arango Bueno. Ed. Sucesores de Rivadeneyra S.A.