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Actualizado 21-Febrero-2019

Cultura Quimbaya Cerámica y Orfebrería

Cerámica Cultura Quimbaya

Fue la cerámica entre la tribu quimbaya un arte también excepcional. Es de las mejores de Colombia y puede competir con otras del continente, en donde se alcanzaron avanzadas técnicas. Es seguro que su excelente calidad se debe a las finas arcillas con que trabajaron y su belleza a la forma que dieron a sus vasijas, que son clásicas por la exquisitez y buen gusto de las líneas.

Sus moldes fueron generalmente tomados de la Naturaleza, seguramente copiaron en barro las figuras naturaleza que observaban, multiplicaban en ellas los dibujos, le añadieron el colorido y por último, les dieron un pulimento que los hace brillar como si estuvieran vidriados.

Ánforas, vasos triples, casos idénticos unidos en parejas, ocarinas, vasos silbantes que producen al soplarlos un sonido musical, rodillos para estampar, volantes para rueca, soportes en que colocar vasijas que tuvieran fondo esférico; representaciones de rostros humanos, urnas funerarias; vasos naviformes, botijas, vasos con asas en las cuales hay figuras antropomorfas; copas decoradas, recipientes, escudillas, figuras de animales como el sapo, la salamandra, la danta, el mico, en actitudes graciosas; alcarrazas de dos picos y un asa-puente de líneas perfectas y de extraordinario acabado, son algunos de los elementos mas representativos de la cerámica Quimbaya.

Cerámica y Orfebrería Cultura Quimbaya

Orfebrería Cultura Quimbaya

La orfebrería de los quimbayas es maravillosa entre las tribus primitivas de Colombia, no sólo por la abundancia, sino por el arte, la perfección y la elegancia de las piezas que elaboraban. La simetría de las partes es perfecta; la igualdad de las cuencas de los collares es precisa, pues parecen gotitas de oro soldadas unas con otras y calibradas con precisión admirable. Las labores de filigrana, el exacto ángulo de los salientes, el pulimento de los planos, la exactitud de las aristas, la sencillez de unas líneas combinadas con el abigarramiento de otras, nos demuestra el gusto estético y la persecución de la línea perfecta.

Otra particularidad tiene la orfebrería quimbaya; es el de la aleación del oro y del cobre, llamada tumbaga, de la cual se sirven para dar a sus joyas diversos matices, disponiendo de tal suerte de uno al otro sin salto ni división notable. Lograron dar a sus piezas tal temple a voluntad que algunos cinceles y cetros se parten antes de doblarse. Para el pulimento superficial se sabe que se valieron de la acerada, hierba ácida que todavía crece silvestre en los campos del Caldas.

Orfebrería Quimbaya periodo Temprano o Clásico

Los objetos elaborados por los orfebres de las sociedades del Período Temprano del Cauca medio y Antioquia, sirvieron como símbolos de prestigio y poder para sus líderes políticos.

La orfebrería comprendía adornos corporales, artefactos para el consumo de las hojas de coca e instrumentos musicales. Las huellas de desgaste, visibles en narigueras, palillos y otros objetos, indican que fueron utilizados por estos dignatarios en vida. A su muerte fueron enterrados con ellos en grandes ajuares como el “Tesoro de los Quimbayas”, el “Nuevo Tesoro Quimbaya” y varios más, acerca de los cuales existe alguna documentación a pesar de no haber sido hallados en excavaciones científicas. Según los pocos contextos arqueológicos conocidos, al parecer la gente de menor rango usó sólo algunas narigueras y orejeras.

A partir de un análisis de los objetos que conforman los ajuares mencionados, y de las figuras humanas representadas en ellos, se deduce que los atuendos de los líderes constaban de un casco o una corona, uno o varios pares de orejeras, una nariguera y un collar de varias vueltas. Estos adornos no conformaban atuendos que cubriesen gran parte del cuerpo; estaban restringidos a la zona de la cabeza y el cuello y, con excepción de los cascos y las coronas, eran pequeños y discretos. Los cascos, utilizados en otras sociedades del mundo con fines protectores en la guerra, fueron empleados aquí como emblemas de prestigio y fuente de poder espiritual.

El utillaje usado en el consumo de la coca estaba integrado por poporos —recipientes para almacenar la cal—, cuellos de poporo, palillos para extraer la cal y vasijas para guardar las hojas de coca. Estos artefactos se distinguen por su gran tamaño pues algunos poporos alcanzan 35 cm de alto y existen palillos de más de 50 cm de largo; y por su rica iconografía: varios recipientes son esculturas realistas de figuras humanas representadas con gran lujo de detalles.

El conjunto de esta orfebrería revela una marcada coherencia en el estilo. Se distingue por la sobriedad en el diseño y la decoración; las formas realistas con volúmenes redondeados, el brillo y la tersura de las superficies, y los colores rojizos. Las formas reproducen la figura humana, con preeminencia de la femenina, los frutos de calabazas, calabazos y totumas; y animales como caracoles y pupas de mariposa. Varios adornos muestran formas geométricas basadas en líneas curvas. En la decoración predominan los calados y las placas colgantes que a veces ocultan las figuras.

Según análisis de composición de un grupo significativo de objetos, al parecer esta orfebrería fue elaborada en su totalidad en tumbaga, la aleación de oro y cobre, de donde adquiere el color rojizo característico. Los contenidos metálicos oscilan alrededor del 60 por ciento de oro, 30 por ciento de cobre y 10 por ciento de plata; esta última se encuentra presente por hallarse asociada naturalmente al oro en los yacimientos. Los adornos pequeños, así como los grandes recipientes fueron elaborados por la técnica de la fundición a la cera perdida con núcleo, en la cual estos orfebres fueron grandes maestros; los cascos y coronas están hechos por martillado y repujado, también con un gran dominio técnico. Por su calidad estética y técnica, esta orfebrería es considerada desde el siglo XIX un patrimonio arqueológico de primer orden para el país.

Orfebrería Quimbaya periodo tardío

Durante el Período Tardío del Cauca Medio la orfebrería continuó siendo fuente de prestigio para los líderes; sin embargo, las transformaciones que dieron paso a una nueva época mostraron cambios en las funciones, formas y tecnología de los objetos que cumplían este propósito.

Si en el Período Temprano los recipientes y palillos para el consumo de la coca, así como los cascos y las diademas, eran los emblemas más visibles del poder; en épocas tardías cumplieron esta función pectorales circulares, narigueras triangulares y adornos sublabiales de diversos tipos. Las formas de mujeres y de frutos fueron desplazadas por figuras masculinas y de hombre-animal, geométricas y zoomorfas: nuevos símbolos que revelan la aparición de nuevas ideas relacionadas con el cargo de los líderes.

Los pectorales circulares planos sobresalen entre los nuevos emblemas de poder por su gran tamaño y elaboración. En ellos se invirtió una cantidad significativa de metal y trabajo; algunos alcanzan diámetros hasta de 30 centímetros y varios llevan complejos diseños repujados. Un estudio iconográfico de estos diseños mostró que responden a cuatro categorías o patrones básicos: 1. dibujos basados en formas geométricas y de aves esquemáticas, 2. figuras de lagartijas y tal vez otros lagartos, 3. imágenes antropomorfas masculinas estilizadas y 4. figuras humanas con rasgos animales.

Una mirada cuidadosa a estos diseños permite advertir que los tres últimos patrones conforman un continuo de transformaciones. En las figuras de hombre-animal se mezclan elementos de las otras dos categorías: la cabeza, los adornos de orfebrería, el sexo y las tetillas son humanas; mientras el cuerpo, la posición corporal, la cola y los dedos engrosados son de reptiles. De esta combinación de elementos pueden interpretarse estas figuras como representaciones de hombres-lagarto. Algunas de ellas muestran además un par de orejas redondeadas en la parte superior de la cabeza que semejan las de un felino, como si aludieran a mezclas de hombre con más de un animal.

Gracias a la arqueología y la etnología, sabemos que en las sociedades indígenas americanas, desde épocas antiguas, ha existido la creencia en la capacidad de algunos individuos de transformarse en animal y apropiarse así de sus facultades. Particularmente son los chamanes quienes tienen esta capacidad, y son verdaderos especialistas en ella. Las transformaciones en ave, jaguar y murciélago constituyen las transmutaciones más extendidas; así los chamanes consiguen poder volar, vagar ocultos por la selva, ver en la oscuridad, comerse a sus enemigos y observar el mundo al revés. Estas facultades son fuente de gran prestigio y autoridad.

Las representaciones antropozoomorfas en los pectorales, unidas a las descripciones de los caciques del siglo XVI, sugieren que los líderes del período Tardío tenían poderes de transformación. Cuentan las crónicas que los “Señores” y “Caciques” de la región llevaban el cuerpo profusamente pintado y decorado como “gatos”, portaban pieles de animales a la espalda, usaban taparrabos largos como colas y uñas largas como garras. Es probable que estas transmutaciones, como para los chamanes, fueran origen de admiración y respeto entre su comunidad.

Fuente:

Pagina Web del Municipio de Quimbaya Quindío
Museo del Oro Colombia – Sociedades Prehispánicas
Sistema Nacional de Información Cultural
PRECOLOMBIA Introducción al estudio del indígena Colombiano. Autor: Teresa Arango Bueno  Ed. Sucesores de Rivadeneyra S. A.  1954
Fotos extraidas de la pagina web del Museo del Oro - Del banco de la República de Colombia.