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Actualizado 21-Febrero-2019

Historia de los Quimbayas

Por dos milenios antes de la Conquista, el Cauca Medio estuvo poblado por agricultores y mineros de oro y sal, ceramistas y orfebres. La orfebrería del período Temprano (500 a.C. a 600 d.C.) muestra figuras icónicas de líderes, hombres y mujeres, como símbolos de identidad. Los colores, brillos y las formas de calabazas, ahuyamas, totumas y mujeres aludían a la fertilidad. Se destaca un poporo o recipiente para cal con forma de una mujer de alto rango en actitud ritual.

En el período Tardío (800 a 1600 d.C.) se dieron cambios profundos, hubo gran diversidad cultural y un incremento de población. Se pintaban el cuerpo, usaban ligaduras de cuentas en las extremidades y se insertaban adornos en la nariz y bajo la boca. La orfebrería, que usó mucho el cobre, y la cerámica se tornaron geométricas y esquemáticas. Con sus adornos y pinturas, los caciques parecían hombres-jaguar, hombres-rana y hombres-lagartija.

Hacia 1540, por las diferencias de costumbres y lengua, los europeos clasificaron a los indígenas en "provincias": Caramanta, Anserma, Arma, Picara, Carrapa, Quimbaya, Quindo y otras. La mayoría fue aniquilada en la conquista.

Cultura Quimbaya Periodos

Período Quimbaya Temprano o Clásico

Entre 500 a.C. y 600 d.C., las primeras sociedades orfebres se dedicaban a la agricultura, la cacería, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Ubicaban sus viviendas dispersas sobre planicies naturales o en explanadas construidas en las laderas. Extraían oro de las arenas de los ríos y sal de fuentes de aguasal, y los utilizaban para el intercambio. Los orfebres eran especialistas que elaboraban objetos notables por la maestría técnica y estética, en los cuales plasmaron aspectos de la organización social y el pensamiento simbólico de sus comunidades.

Tanto los objetos de orfebrería como los de cerámica de este período tienen características como las superficies lisas y brillantes, sobriedad en el estilo y formas escultóricas realistas inspiradas en frutos y figuras femeninas. Las representaciones humanas en orfebrería muestran rasgos como desnudez, contornos redondeados, torso grueso, cara triangular, pómulos salientes, ojos rasgados semicerrados, uso de adornos y ligaduras, y placas colgantes. Estas figuras eran símbolos de identidad cultural de estos grupos.

Los adornos y objetos rituales usados por los líderes transmitían mensajes acerca de su cargo, posición social y pensamiento. En el curso medio del Cauca y las montañas antioqueñas los atuendos de estos personajes se componían de pocos objetos, casi todos pequeños. Son frecuentes las narigueras y orejeras fundidas a la cera perdida en aleación de oro y cobre o tumbaga. El notorio desgaste de muchos de los adornos evidencia su uso frecuente. Solo los cascos y las coronas eran emblemas grandes y visibles.

Los poporos para guardar la cal utilizada con las hojas de coca eran símbolos de fertilidad por su color y brillo, y por sus formas de mujeres, calabazos, ahuyamas y totumas. Los líderes los empleaban en ceremonias orientadas a la reproducción de la naturaleza y el bienestar de la sociedad, donde ellos mismos se hacían ver como indispensables para la continuación de la vida. También algunas urnas para las cenizas de los muertos, que se han hallado enterradas en tumbas de pozo simple, representaban calabazas y mujeres embarazadas, como si fueran úteros donde renace la vida tras la muerte. Una urna cineraria tiene la forma de un paujil.

Otro de los objetos más destacados de la colección del Museo del Oro es un poporo que representa una mujer de alto rango adornada con pintura facial, casco y nariguera. Su expresión meditativa y su postura solemne, sosteniendo barras con aves, le confieren la apariencia de estar participando de un ritual.

Este objeto maestro, los dos cascos, la corona con adorno imitando plumas y dos recipientes en forma de totuma alargada, con tapa, utilizados probablemente para guardar y llevar las hojas de coca, hacían parte de los ajuares con los que se enterraron varios líderes en una tumba en el municipio de Puerto Nare, en el Magdalena Medio antioqueño.

Los orfebres del período Quimbaya Temprano elaboraron además figuras realistas y estilizadas de diversos animales. Los más representados fueron caracoles e insectos en metamorfosis, como pupas de mariposa, que pudieron tener significados relacionados con los ciclos de la naturaleza y la sociedad.

Un colgante en forma de cuadrúpedo con cabeza de ave, proveniente de Antioquia, contenía carbón que fue fechado por el Museo del Oro en 240 a.C. Otro colgante zoomorfo, con dos animales estilizados, data de 190 d.C.

Período Quimbaya Tardío

A partir del 800 d.C. se dieron cambios profundos en las sociedades del Cauca Medio. La población creció y asimismo la producción agrícola y textil, de cerámica y de adornos de orfebrería. Se transformaron las creencias, los objetos y los símbolos; los entierros primarios en tumbas de pozo con cámara se tornaron comunes.

Las modificaciones del cuerpo y ciertas posturas comunicaban características de las personas, como su grupo social y su rango. En figuras humanas enterradas con los muertos para acompañarlos y protegerlos, los ceramistas reprodujeron la pintura corporal que se aplicaba con sellos y rodillos de cerámica, las ligaduras de cuentas blancas que deformaban brazos y piernas, y las deformaciones del cráneo.

Durante el período Quimbaya Tardío los adornos de orfebrería tenían con frecuencia formas geométricas simples y decoraciones esquemáticas. Algunos, como las narigueras en forma de aro y de alambre retorcido, fueron de uso común. Se insertaban adornos en las aletas de la nariz, debajo de la boca y otras partes del rostro.

Las sociedades del período Quimbaya Tardío habitaron con preferencia las zonas templadas, tanto en casas dispersas como en aldeas. Vivían de la agricultura, la cacería, la pesca y la recolección. Sembraban maíz, fríjol y batata en las laderas, con eras y zanjas para controlar las avalanchas y la erosión. Extraían oro y sal, hilaban, tejían y trabajaban la arcilla y los metales, parte de cuya producción dedicaban al intercambio con grupos vecinos y lejanos.

Numerosos objetos se preservaron y hoy nos permiten formarnos una idea de la vida cotidiana de estas comunidades. En la cacería y la guerra utilizaban propulsores y dardos fabricados en madera de palma. Cazaban venados (Mazama), dantas (Tapirus), pecaríes (Tayassu pecari), zarigüeyas (Didelphis), armadillos (Dasypus), conejos (Sylvilagus) y otros animales.

Los volantes de huso elaborados en cerámica eran utilizados en el hilado del algodón. El volante, ajustado a la parte inferior de una varilla de madera, mantenía el movimiento de rotación necesario para torcer el hilo y enrollarlo alrededor del huso. Estos instrumentos para el hilado son tan frecuentes que nos permiten imaginar que los textiles lo eran también. Una cinta tejida en algodón, con placas colgantes de metal, se preserva en el Museo y fue fechada en 850 d.C. La producción de cerámica variaba dentro de la región del Cauca Medio. Hacia el sur elaboraban objetos de múltiples formas, algunos decorados con pintura negra sobre fondo rojo, crema o una combinación de ambos colores. Por su parte, los grupos asentados al norte del Cauca Medio elaboraron una alfarería de color marrón o gris con formas romboidales, decorada con incisiones y figuras aplicadas, así como vasijas de color naranja adornadas con pintura blanca.

La producción de objetos en cobre era una actividad importante. Con este metal los orfebres manufacturaron pectorales, brazaletes, collares y cascabeles.

Hacia 1540 los europeos encontraron en la región del Cauca Medio una población numerosa y diversa que con las guerras de conquista sufrió caos y aniquilación. Los conquistadores españoles contaron en las crónicas que los caciques de esta región vivían en grandes casas rodeadas por empalizadas, donde guardaban imágenes y los cuerpos desecados de sus enemigos, y realizaban rituales de canibalismo. También relataron que se adornaban y vestían para parecer animales; que usaban adornos de metal y plumas, se pintaban la cara y el cuerpo, llevaban un taparrabos largo como una cola, las uñas largas como garras y pieles de animales en la espalda.

Ante las diferencias de costumbres, lengua y política, los europeos clasificaron a los indígenas en "provincias" que llamaron Caramanta, Zopía, Quincha, Irra, Anserma, Chanco, Arma, Paucura, Pozo, Picara, Carrapa, Quimbaya, Quindo y otras. Varios de estos nombres permanecen en la geografía de la región.

En los pectorales de orfebrería se ven repujadas figuras de hombre-jaguar, hombre-rana y hombre-lagartija, que probablemente representaban a los caciques con sus atuendos rituales de animal.

Fuente:

Pagina Web del Municipio de Quimbaya Quindío
Museo del Oro Colombia – Sociedades Prehispánicas
Sistema Nacional de Información Cultural
PRECOLOMBIA Introducción al estudio del indígena Colombiano. Autor: Teresa Arango Bueno  Ed. Sucesores de Rivadeneyra S. A.  1954
Fotos extraidas de la pagina web del Museo del Oro - Del banco de la República de Colombia.